Mujeres que cambiaron el mundo (vol. III)

Esta es la última entrada de la trilogía de “Mujeres que cambiaron el mundo” . En la entrada de hoy hablaremos sobre: Grace Hopper, Gertrude Elion, Katherine Johnson, Valentina Tereshkova y Mae Jemison.

11.- Grace Hopper (almirante en la armada e informática) Nació en Nueva York en 1906 y obtuvo un doctorado en Matemáticas en Yale, en 1934. Cuando ocurrió la Segunda Guerra Mundial, en 1943, dejó su trabajo (profesora de matemáticas) y se unió a las Women Accepted for Volunteer Emergency Service (WAVES). Porque a pesar de su baja estatura, su mente matemática era lo que el país necesitaba.

La Armada la asignó a la Universidad de Harvard para que programara uno de los primeros ordenadores electrónicos. Por aquel entonces, todos los cálculos los hacían entre un grupo grande de personas. La nueva computadora Mark I (quince metros y medio de ancho) era capaz de resolver ecuaciones demasiado complejas para el sistema antiguo de cálculo. El equipo de Grace utilizó el Mark I para resolver problemas importantes, incluyendo la ecuación de implosión para el proyecto Manhattan.
Tras la guerra, se unió al sector privado. En ese momento, para programar se necesitaban grandes conocimientos (que podían obtener en un título avanzado de matemáticas) y habilidades que utilizaban el código binario para programar. Hopper pensó que era más sencillo “hablar” con un ordenador en inglés. La trataron de loca, hasta que ella inventó el primer compilador que transformó para siempre nuestra manera de usar los ordenadores. Esto la condujo a crear el COBOL, el primer lenguaje informático universal. Gracias a ella prácticamente todo el mundo puede aprender a codificar. Además también es famosa por sus cables cortados con una longitud equivalente a la distancia que recorre la electricidad en un nanosegundo (30 centímetros).

Grace volvió a la armada en 1967. Incluso después de retirarse como la persona más longeva en el servicio activo (con más de 80 años) continuó dando conferencias.
Recibió la medalla por servicio distinguido de defensa. A modo de curiosidad, ella en su oficina tenía un reloj levógiro que le recordaba que las cosas no tienen porqué funcionar sólo de una manera y también tenía una bandera pirata en su escritorio debido a que era incansable a la hora de lograr lo que necesitaba su equipo.

Ella siempre será recordada por ser una incansable pionera y porque está reconocida como la madre de la programación informática ya que fue pionera en la estandarización de pruebas de sistemas informáticos.

Dos de sus frases más famosas son:

“La gente es alérgica al cambio. Tienes que salir y vender la idea.”
“La frase más dañina del lenguaje es ‘siempre lo hemos hecho de esta forma’.”


12.- Gertrude Elion (farmacóloga y bioquímica) Nació en 1918 y creció en el Bronx, Nueva York. No sabía qué carrera escoger hasta que su abuelo falleció por cáncer. Decidió dedicar su vida a luchar contra la enfermedad. En el momento de la Gran Depresión, después de muchos trabajos agotadores y de un año de escasez económica, encontró un lugar en el que poder investigar sobre el cáncer en la empresa farmacéutica Burroughs Wellcome. Durante las investigaciones sobre el cáncer, investigó las células sanas, las anormales (estudió cómo estas se producen) para crear fármacos que actuasen sólo en las enfermas. Gertrude se encargó de estudiar los ácidos nucleicos del ADN y de ver cómo se podían emplear para impedir la propagación de tumores.
Ayudó a desarrollar medicamentos para combatir varias enfermedades como por ejemplo, el cáncer. En 1950, creó dos fármacos para tratar la leucemia, con lo que empezó una nueva era en la investigación del cáncer. Fue presidenta de la asociación estadounidense para la investigación del cáncer y participó en muchas más organizaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer. Creó un medicamento para la gota y para el herpes Zóster. Su fármaco contra el herpes dió lugar al ATZ, que se utiliza contra el SIDA. Cabe remarcar que se han salvado miles de vidas con los medicamentos que desarrolló. Después de jubilarse pasó a ser profesora investigadora en la Universidad de Duke.

Ganó el premio Nobel en la categoría de fisiología o medicina en 1988. Fue la primera mujer invitada a formar parte del salón de la fama de la Asociación Nacional de Inventores.

Una de sus frases más famosas es:
“No permitas que otros te desanimen o te digan que no lo puedes hacer. A mí me dijeron que las mujeres no podían trabajar en la química. Yo no vi razón alguna por la que no pudiera hacerlo.”


13.- Katherine Johnson (física y matemática) Nació en West Virginia en 1918, y siempre le gustó aprender y las matemáticas. Destacó en el colegio y con únicamente quince años, se matriculó en el West Virginia State College. En un primer momento su sueño era ser profesora de matemáticas o enfermera como las demás mujeres que conocía. Cuando llegó a secundaria conoció a su profesor, el famoso matemático W.W. Schieffelin Clayton, el cual fue la inspiración que necesitaba para convertirse en matemática investigadora y le ayudó eligiendo las asignaturas que necesitaría para tal objetivo. Cuando tenía dieciocho años, se graduó en la Universidad en Matemáticas y Francés, además, recibió un doctorado Honoris Causa en Derecho por la Universidad estatal de Nueva York.

En 1950, la NASA empezó a aceptar mujeres afroamericanas calculadoras, Katherine Johnson se presentó y consiguió el trabajo. Ella quería saber los detalles de aquello en lo que estaba trabajando. Al no permitirle asistir a las reuniones preguntó si iba contra la ley que una mujer estuviese presente. Dicho en sus propias palabras: “(Las otras mujeres) ni hacían preguntas ni iban un poco más allá en su trabajo. Yo hacía preguntas; quería saber por qué. Se acostumbraron a que yo hiciera preguntas y a que fuera la única mujer que había allí.”. Gracias a su valentía y curiosidad, se le permitió estar. Calcular trayectorias de vuelo implicaba un uso de ecuaciones de geometría complicadas, y Johnson era extraordinaria en ese campo.

Fue una física, científica espacial y matemática excelente de la NASA. Calculó la trayectoria de vuelo de la primera misión tripulada a la Luna, en 1969, y se encargaba de comprobar los cálculos de las nuevas computadoras mecánicas de la NASA. Trabajó en las misiones Mercury de la NASA (calculó con éxito la ventana de lanzamiento), en los transbordadores espaciales y en los planes para la misión a Marte. Ayudó a escribir el primer manual sobre viajes espaciales. Aparte de los logros en la NASA, fue coautora de 26 artículos científicos. Su trabajo hizo posible que los astronautas fueran al espacio y regresaran sanos y salvos a la Tierra. Se jubiló en 1986, después de un servicio de 33 años.

Ganó un premio de la NASA por participar en el programa lunar Orbiter y el premio por logros especiales, también de la NASA. Fue nombrada matemática del año en 1997. En 2015, ganó la medalla presidencial de la libertad a la edad de 97 años.

Su historia es una de las miles que hay de superación, se enfrentó a un mundo de hombres y gracias a sus capacidades y su inteligencia pudo con él y acabó ascendiendo. Todavía queda mucho camino por recorrer pero ella es todo un ejemplo para ver cómo se puede romper el techo de cristal.


14.- Valentina Tereshkova (ingeniera y cosmonauta) Nació en la URSS, en 1937. Eran tan pobres que ni siquiera podían permitirse el tener pan en su asignación gubernamental. De pequeña trabajó en varios sitios como una fábrica de neumáticos o textil, aunque su sueño era viajar por toda la URSS como conductora de trenes y explorar el mundo.

Durante la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS, ambos querían ser los primeros en mandar a una mujer al espacio. Valentina Tereshkova estaba en un grupo de paracaidismo, saltaba desde los aviones por diversión. Además era miembro de la Liga Juvenil del Partido Comunista. Ambos factores hicieron de ella una candidata perfecta para convertirse en cosmonauta. Ella fue seleccionada para competir contra otras cuatro mujeres. El programa era tan secreto que ni sus familiares lo sabían. El entrenamiento fue físicamente muy intenso, pero al final Valentina se impuso sobre las demás.

Se acabó convirtiendo en la primera mujer que viajó al espacio. Tereshkova viajó en solitario hacia el espacio en 1963, a bordo de una cosmonave llamada Vostok VI. Batió un nuevo récord cuando completó 48 órbitas alrededor de la Tierra. Las imágenes que tomó contribuyeron en gran medida a que mejorara nuestro conocimiento sobre la atmósfera. Mientras volaba hacia el espacio gritó: “¡Hola, cielo! ¡Quítate el sombrero que voy en camino!”. En el regreso a la Tierra pasó por toda una Odisea, tuvo diversos problemas de programación de la nave, que tuvo arreglar manualmente. Por su fuese poco, se desmayó, al despertarse se golpeó la nariz y aun así se las apañó para librarse de su paracaídas. Pasó más tiempo en el espacio que cualquier miembro de misiones anteriores.

Valentina demostró al mundo que ella podía, que las mujeres podemos, que si queremos, todos podemos. Después de su vuelo, obtuvo el doctorado en Ingeniería y continuó trabajando con los ingenieros aeroespaciales y en el programa de cosmonautas.

Hay varias curiosidades como que un cráter en la Luna tiene su nombre o que su nombre en clave oficial era “gaviota” . Otra curiosidad es que su primer marido, Andriyan Nikolayev, y ella se convirtieron en la primera pareja en la que ambos miembros habían ido al espacio.

Una de sus frases más famosas es: “Una vez que te hallas a una distancia remota (en el espacio), te das cuenta de la importancia de aquello que nos une. Trabajemos juntos para superar nuestras diferencias.”.


15.- Mae Jemison (astronauta, educadora y doctora) Nació en 1956, en Alabama y creció en Chicago. Siempre supo que quería viajar al espacio, estaba obsesionada con las misiones Apolo. Pero se dió cuenta que nadie que se le pareciera había ido al espacio. Sin embargo, fue la teniente Uhura (de la serie Star Trek) a quien tomó como modelo a seguir. Ganó una beca para estudiar en Stanford cuando tenía 16 años. Fue a Stanford, estudió Ingeniería Química y Estudios Afroamericanos. Luego fue a Cornell y se doctoró en Medicina. Trabajó como médica hasta que se presentó a la NASA y comenzó su carrera como astronauta.

Fue la primera mujer afroamericana en viajar al espacio, lo consiguió en 1922 a bordo del transbordador espacial Endeavour. Se embarcó en una misión de 8 días en el espacio. En el espacio, realizó experimentos con células óseas. A modo de curiosidad, lo primero que reconoció desde el espacio fue Chicago, ciudad donde se crió. Por otra parte, al espacio llevó una bandera de la hermandad de mujeres Alpha Kappa Alpha, una estatua Bundu (de África occidental) y un poster de Judith Jamison bailando. Su objetivo con esto era que la cultura africana y la afroamericana estuvieran representadas en el espacio y no fueran excluidas nunca más. Otro dato curioso es que se enteró de que iba a ser astronauta mientras se hacía un reconocimiento médico. Fue la fundadora del Jemison Group INC. (consultora de tecnología) y de la Corporation Biosentient, y también, fundó el campamento para niños “La Tierra que compartimos”. Es la directora del proyecto “100 year starship”, cuyo objetivo es asegurarse de que los humanos puedan viajar hasta el sistema solar más cercano en los próximos cien años. Mae Jemison sigue con la mirada puesta en las estrellas mientras ayuda a resolver los problemas de este mundo.

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Con esto damos por concluida esta temática. Como ya sabemos, muchas de ellas no contaban con referencias anteriores y les costó mucho más decidir que iban a hacer. Esa es una de las razones por las que escribimos sobre ellas. Creemos que estas mujeres pioneras pueden ser referentes para muchas personas y queríamos darlas a concocer.

Cabe añadir que la mayoría de la información la hemos obtenido de un libro muy recomendable llamado “Mujeres de ciencia. 50 intrépidas pioneras que cambiaron el mundo.” escrito e ilustrado por Rachel Ignotofsky, cuyo título original es “Women in science. 50 fearless pioneers who changed the world.”. Si os interesa saber más sobre esta autora o queréis ver más trabajos de su arte pedagógico os dejamos un link: www.rachelignotofskydesign.com

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